“Me llamo Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, me pusieron todos los nombres de mis antepasados paternos y maternos, como si fuera el vástago de un racimo de plátanos y aunque siento preferencia por el verbo arracimar, me hubiera gustado un nombre más sencillo”. –Juan Rulfo.
Juan Rulfo, figura referencial de las letras mexicanas y latinoamericanas a nivel mundial, un hombre que no nació para los artificiales reflectores de la fama, fue además de un enigmático y talentoso escritor un fotógrafo de una sensibilidad sobrecogedora. Una faceta tal vez no muy reconocida como su virtuosa simplicidad en una prosa para nada ostentosa, cargada de un realismo tan lleno de preguntas sin respuestas, de resignación y de una tristeza árida, encontrando en su novela “Pedro Páramo” la muestra más clara de su mundo lleno de tiempos rotos e incertidumbre frente a la vida y la muerte. Espejo de un México en eterna reconstrucción, su obra literaria que en teoría no fue mucha, fue lo suficientemente poderosa para convertirlo en un ariete que derrumba las barreras del tiempo y colocarlo en una posición honorífica en las letras del idioma español.
A raíz de su empleo como agente de ventas que le permitió viajar por los lugares más recónditos del país, Rulfo consiguió explorar y explotar su lente fotográfica con la cual llegó a arrancar la esencia de la sociedad mexicana en esos puntos ciegos para muchos. Esos pueblos que parecen estar suspendidos en el limbo, enmarcados de polvorientas costumbres condenadas a un silencio sepulcral que se interrumpe por risas de niños apenados ante extraños, gritos de vendimias y rezos en procesiones.
La obra fotográfica de Rulfo es la confirmación de su óptica nostálgica y sombría de su entorno, como una vez comentó “por lo sombrío que soy, creo que nací a media noche”. Es así que no se puede dejar de abordar al jalisciense por su amplia colección de fotos, que si bien obstinado y tímido a mostrar sus visiones fantasmales impresas, persisten y han dado la vuelta al mundo por las galerías y museos más prestigiosos del mundo. “Juan Rulfo es el mejor fotógrafo de América” dijo alguna vez la escritora Susan Sontag.
por Alfonso Sámano en Cultura Colectiva
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